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FELICIANO VIZCARRA CUAYLA. MUERTE EN EL ARUNTA: HISTORIA DE UN FUSILAMIENTO EN TACNA

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  “Durante el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, tres hombres fueron condenados a muerte por el delito de uxoricidio (homicidio del cónyuge), aunque solo dos de ellos fueron ejecutados. Feliciano Vizcarra Cuayla (Tacna) y Víctor Apaza Quispe (Arequipa) pagaron sus crímenes con su vida”. (La Pena de Muerte en el Perú. Lecaros, Jose Luis) Eran las 05:25 de la mañana del lúgubre martes 14 de setiembre de 1971, cuando el reloj se detuvo para siempre en la vida de Feliciano Ali Vizcarra Cuayla, un moqueguano de 29 años al que la prensa había apodado como el “carnicero de Moquegua” y que llevaba sobre su espalda no solo una condena de muerte, sino un crimen que negó hasta el final de sus dias. Dicen que en aquellos dias, se refugió en la palabra de Cristo y que le permitió ser visto por sus compañeros de prisión como un hombre que aparentaba serenidad pese a la condena que pesaba sobre el, La misma condena por la que le dirigió infructuosamente una carta al entonces presidente Juan

AL MAESTRO CON CARIÑO: PROFESOR NATALIO MAMANI

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  De figura sutil, cabellos ralos, ojos grandes, estatura mediana, trato amable y con una sonrisa inquebrantable, es la forma en que recuerdo a mi maestro de primaria Natalio Mamani, o el “profe” Natalio, como simplemente lo llamábamos sus alumnos del Colegio Gregorio Albarracín. El “profe” Natalio llegó al colegio haya por los años 90, y no solo se convirtió en el profesor de diversas generaciones de alumnos, sino en un gran amigo y en esa figura agradable que todo alumno busca en sus maestros. Y es que era casi imposible no ver a nuestro profe siempre sonriendo, siempre dando algún comentario alentador a sus alumnos o riéndose de las travesuras de sus pupilos. Los mismos que, por provenir de un colegio de hombres, no solo se divertían escuchando sus anécdotas, sino tambien, se entretenían poniéndole algunos apodos, sobre todo por su escasa cabellera. El “profe”, que procuraba peinar siempre sus cabellos de un costado hacia el otro lado de su frente, sonreía siempre con las bromas d

La voz de Tacna: Charito Mistral

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A lo largo de esta columna hemos ido tratando de reconocer a los personajes y personalidades de nuestra ciudad; claro está, a los que corresponden a nuestros recuerdos y generación, y, sin duda una dama que se ha ganado el derecho a ser reconocida como una personalidad de la música tacneña es doña Rosario Angela Helfer Valcarcel, conocida por todos nosotros como Charito Mistral. ¿Quién en Tacna no ha escuchado de Charito Mistral, aquella mujer de cabello corto, de ojos chinitos, sonrisa pícara y voz descomunal? Aquella que nació cantando y que con tan solo cuatro años iba canturreando las estrofas de una vieja marinera norteña que dice “yo soy el huaquero viejo que vengo de sacar huacos, de la huaca más arriba, de la huaca más abajo”. Llegó a Tacna a los ocho años, traída por su padre desde el puerto de Ilo, lugar de su nacimiento, a fin de que estudie en nuestra ciudad. Desde entonces, abandono el gentilicio de ileña y se declaró hija de Tacna, convirtiéndose esta ciudad en el

SARA NEUHAUS DE LEDGARD: UNA TACNEÑA PARA RECORDAR

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En la memoria de nuestra sociedad hay aun muchos vacíos por llenar. Uno de ellos es el rol de la mujer tacneña en la llamada Guerra del Pacifico. ¿Cuánto ha podido avanzar la historiografía en este punto? Lamentablemente muy poco. Esto no es necesariamente culpa de los historiadores o investigadores, sino mas bien, de la poca información que sobre estos aciagos días existen en nuestras fuentes. Su participación y rol esta circunscrita a esporádicas menciones en los relatos de algunos participantes de aquella guerra. Relatos que si bien es cierto son muy escuetos han confirmado persistentemente no solo el valor del soldado de la Alianza, sino el de la mujer tacneña. Sin embargo, dentro de ese marasmo de incertidumbre la historia nos ha legado un relato que en la actualidad es una fuente obligatoria en las investigaciones de los antecedentes y postrimerías de la batalla: “Recuerdos de la Batalla del Campo de la Alianza y de la ocupación de Tacna en la guerra del 79”.   Aquel relato s

MANUEL FRANCISCO CHOCANO SOTO

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  Hace tan solo unos días logré hacerme de un ejemplar de la primera edición del libro “La batalla de Arica”, escrito por el recordado periodista ariqueño, don Gerardo Vargas Hurtado, quien no solo vivió en carne propia las secuelas de la guerra sino que sufrió sus consecuencias al ser expulsado de Arica, junto a otros periodistas, por la labor que realizaban en favor del Perú y su lucha por recuperar a las ciudades cautivas. Aquel libro es una joya en manos de quien sepa apreciarlo, pues no solo cuenta de manera pormenorizada los sucesos de aquel 7 de junio de 1880 sino porque entre sus hojas se halla la historia de cientos de tacneños que entregaron su vida lejos de su tierra y en pleno corazón de la guerra. En Arica estuvieron presentes 03 cuerpos enlistados en Tacna: Los Granaderos de Tacna, Cazadores de Piérola y Artesanos de Tacna.   Según las anotaciones del Sub Prefecto Sosa, citado por Vargas Hurtado, el primero contaba con 273 plazas, el segundo con 235 plazas y el tercer

IGNACIA ZEBALLOS TABORGA. MADRE DEL SOLDADO BOLIVIANO

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  (Artículo publicado el 18.05.2021 en el diario "Sin Fronteras" Edición Tacna) La participación de la mujer en la batalla del Alto de la Alianza constituye uno de los capítulos poco abordados de nuestra historia. A decir verdad, no se ha escrito ni dicho lo suficiente de ellas en los relatos, partes, y libros que sobre la fatídica batalla del 26 de mayo de 1880 existen. Sin duda que el papel de la mujer en la guerra fue decisivo, no solo estuvieron las rabonas, y las vivanderas, sino también mujeres que apoyaron desde sus hogares, cuidando enfermos, cociendo uniformes, recaudando fondos, entre otros.   Entre estas miles de mujeres, resalta el nombre de doña Ignacia Zeballos Taborga, quien nació el 27 de junio de 1831 en Santa Cruz- Bolivia, en la localidad de Warnes, según refiere el historiador boliviano Gastón Velasco y a quien se debe gran parte del rescate de su biografía. Se casó a los 17 años con un capitán paceño de apellido Aramayo, sin embargo enviudaría prontam

EN BUSCA DEL HIJO: ANTONIA LÓPEZ

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Un relato de la batalla del Alto de la Alianza Artículo publicado diario sin fronteras 11 de mayo del 2021 El mes de mayo es en Tacna especial. Lo es, no tan solo porque en mayo recordamos la fatídica y trascendental batalla del Alto de la Alianza, sino porque, además, como en todo el Perú y parte del mundo se recuerda el día de las madres. Mayo es el mes de homenaje a las madres y es –antagónicamente- quizás el mes -en nuestra historia republicana- en que el corazón de las madres tacneñas se haya oprimido con mayor dolor sobre sus pechos al saber la suerte de sus hijos. El 26 de mayo de 1880, la mujer tacneña tomó el rol de defensora de la patria, lo hizo no peleando, sino ofreciendo lo más grande que tenían, sus hijos.   Supo la madre tacneña dejarlos partir, dejarlos alejarse hacia la guerra. Abandono su egoísmo natural por protegerlos y cedió ante el pedido de sus hijos. “Madre perdóname, la patria me necesita”. Escucho una y otra vez el ruego y lágrimas de sus hijos