SARA NEUHAUS DE LEDGARD: UNA TACNEÑA PARA RECORDAR



En la memoria de nuestra sociedad hay aun muchos vacíos por llenar. Uno de ellos es el rol de la mujer tacneña en la llamada Guerra del Pacifico. ¿Cuánto ha podido avanzar la historiografía en este punto? Lamentablemente muy poco. Esto no es necesariamente culpa de los historiadores o investigadores, sino mas bien, de la poca información que sobre estos aciagos días existen en nuestras fuentes. Su participación y rol esta circunscrita a esporádicas menciones en los relatos de algunos participantes de aquella guerra. Relatos que si bien es cierto son muy escuetos han confirmado persistentemente no solo el valor del soldado de la Alianza, sino el de la mujer tacneña.

Sin embargo, dentro de ese marasmo de incertidumbre la historia nos ha legado un relato que en la actualidad es una fuente obligatoria en las investigaciones de los antecedentes y postrimerías de la batalla: “Recuerdos de la Batalla del Campo de la Alianza y de la ocupación de Tacna en la guerra del 79”.

 Aquel relato se alza sobre el silencio y, sin quererlo -quizás-, se convierte en una de las pocas fuentes directas que tenemos de aquel tiempo. Para nuestra suerte, la autora de esta narración no es otra que una tacneña: doña Sara Neuhaus de Ledgard, cuyo nombre de pila fuera Sara Victoria Neuhaus Cornejo.   

Hija del ciudadano alemán Karl Theodor Neuhaus (Hamburgo, 1830-Lima, 1908) y de la dama ariqueña doña Felicitas de Fernández Cornejo y Rivero (Azapa, 06.08.1838 – Lima ¿?).  De acuerdo con su genealogía Sara Neuhaus nació el 22 de diciembre de 1856, aunque información obrante en el almanaque de Tacna refiere que nació alrededor de 1857. Contrajo matrimonio con el ciudadano ingles Walter B. Ledgard el 18 de noviembre de 1876, en la iglesia de San Pedro de Tacna, cuando tenia apenas 19 años. Producto de su matrimonio tendría un único hijo al año siguiente de su unión, quien a la postre sería el cuentista tacneño Carlos Enrique Beaumont Ledgard Neuhaus y que al momento de la batalla contaba con aproximadamente 03 años.

La vida de esta tacneña no ha sido aun abordada por los investigadores. Lo poco que sabemos de ella es que contaba con apenas 24 años cuando acaeció la batalla del 26 de mayo de 1880. Su relato, ampliamente descriptivo de aquellos días, no solo nos lleva a conocer la situación de Tacna antes y después de la batalla, sino la participación de la mujer tacneña dentro del conflicto. Dado que, si bien nuestra historia rememora únicamente la historia de la mujer en el campo de batalla, su relato nos muestra que la mujer tacneña participo -también- como enfermera de los heridos, a quienes muchas acogieron en sus hogares. Se desprende, además, el rol que tuvieron brindando alimento a los soldados, cociendo y tejiendo uniformes, vendas y demás necesarios para la batalla. No solo participaron pasivamente del conflicto, sino que incluso como se denota de su relato, se les ve haciendo recomendaciones al Estado Mayor, como es el caso en que refiere que su madre sugirió al contralmirante Lizardo Montero solicite un crédito en las casas de Tacna a fin de obtener tela para confeccionar el abrigo necesario a los soldados de la Alianza, que refieren tanta falta les hacía.

El espacio es cruel para con el propósito de resaltar el papel de esta tacneña en la guerra. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que fue además una poetisa, integrante de la bohemia tacneña y defensora de la peruanidad ("Diccionario de la ocupación chilena en Tacna"); asimismo, su biografía dirá que presidió el Comité Patriótico de Señoras, organizado especialmente para atender a las familias de los irredentos que debían sufragar en el plebiscito (MIRANDA, patricia).

El poeta Rubén Darío, en su poemario “Poemas de Adolescencia” dedicaría a ella su prosa, en su oda titulada “A Sara Neuhaus de Ledgaid”: “Por lo buena y hermosa,/ coronaste tu frente de azahares./ Debes ser tan dichosa/ como la tierna esposa/ del divino cantar de los cantares./ Sé feliz! Que tu dicha no termine/ y vivas de manera/ que ese rayo siempre ilumine/ una eterna y florida primavera.

Tan ilustre tacneña, fallecería en Lima el 02 de julio de 1940, a los 83 años, poco después de haber publicado en 1938 su relato en 20 páginas. Quizás este fue su último gran aporte a nuestra historia antes de transcender al mas allá.

 Artículo publicado en el diario "Sin Fronteras" Edición Tacna del 09.08.2022 

Fuente de la imágen: Materiales para la historia de Tacna Tomo XXV Luis Cavagnaro Orellana

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