MEMORIAS DEL PASADO


Para la mayoría de  peruanos el significado de la palabra memoria suele ser –muy- confuso. Para algunos implica vivir con él, como quien convive con una tara que le impide continuar el camino o recomenzar el tiempo; para otros suele ser un momento en la vida fácil de olvidar y dejar atrás e incluso como pasa con el Estado, el pasado debe erigirse sobre un monumento de concreto gris que nos permita a los peruanos no olvidar.

El pasado suele ser para muchos solo eso, pasado. Uno que no guarda memorias, ni lecciones, ni sentido; sin embargo, el pasado es todo lo contrario a eso, el pasado es la ruta del hombre, es la marca del principio y del fin, es el tiempo, es la muerte, es la vida, es la caída e inicio de grandes civilizaciones, filosofías, políticas, economías, sociedades e incluso religiones.   El pasado es el inicio y el fin de las eras.

Para los peruanos el pasado está grabado en los vestigios de las culturas preincaicas, del  imperio incaico, de la conquista, del virreinato, de la independencia y la república. Para los tacneños, es aún más singular, es la guerra y la post guerra.

Pero ¿qué hemos aprendido del pasado? o quizás para ser más directo ¿qué aprenderemos del presente?

Estoy seguro que saldremos de esta pandemia a través de un camino muy largo, uno que nos dejara muchas cosas por lamentar y otras por aprender. Pero después de todo lo perdido (vidas, dinero, tiempo, salud, etc.), es posible que volvamos a perder–una vez más- las lecciones del pasado.   

Me pregunto si olvidaremos que la naturaleza nos reveló que el gran virus del mundo es el hombre. Que bastaron 35 días (hasta el momento) para que los peces volvieran al mar y las ballenas retornaran a la costa, para que las aguas del rio Rímac –el más contaminado de nuestros ríos- mostrara sus aguas cristalinas como nunca antes se ha visto o para que el lago Titicaca no dejara de maravillarnos con su renacer o simplemente, para que el cielo gris de Lima vuelva a lucir celeste. No señores ¡eso no lo podemos olvidar, no debemos olvidarlo!. El hombre es el gran virus del mundo y es necesario dejar de serlo.

Es probable que olvidemos que al final de todo, como lo señalo Adam Smith en su libro “La riqueza de las naciones”, lo que hace rica a una nación no es el dinero si no su capacidad de producción, su industria, su fuerza laboral, su gente. Que somos iguales, que no importa desde que estrato social estemos luchando, al final todos terminaremos luchando por una sola cosa, volver a vivir. ¡Vivir sí, pero ya no como antes, sino mejor! Eso implica aprender que la familia y lo inmaterial es lo que más extrañamos del pasado. 

No debemos  olvidar que no somos invencibles y que un enemigo invisible nos mostró que  hasta a la más grande de las naciones puede ser derrotada. El dinero es importante, pero al final de todo, es solo eso, dinero.

Es probable que los peruanos olvidemos –y esto si suele ser reiterativo en nuestra historia- al momento de elegir a nuestras autoridades, que estas no se eligen por el color del partido, por la canción de moda, por el club de los escarabajos o por promesas sin una base que demuestren que son posibles. Quizás-en un futuro cercano- olvidemos que esta pandemia nos restregó en el rostro que para gobernar hace falta más que solo votos, y que es necesario  capacidad de gestión, de gobierno, de dialogo, etc. 

En un tiempo cercano el mundo habrá cambiado, y como lo refiere el británico Eric Hobsbawn, es probable que el siglo XXI se acorte y pasemos al siglo post pandemia. 

Pero entonces, si es cierto que después de todo esto el mundo habrá cambiado, la pregunta a hacernos es ¿nosotros habremos cambiado para entonces?




Comentarios

Entradas populares de este blog

AL MAESTRO CON CARIÑO: PROFESOR NATALIO MAMANI

IGNACIA ZEBALLOS TABORGA. MADRE DEL SOLDADO BOLIVIANO

FELICIANO VIZCARRA CUAYLA. MUERTE EN EL ARUNTA: HISTORIA DE UN FUSILAMIENTO EN TACNA