PERÚ: EL PAIS DE LAS NORMAS, REFORMAS Y CONTRARREFORMAS

Artículo publicado el 28.02.2020 en diario "Sin Fronteras". Edición Tacna. 

En el año 2015 el portal de la revista “La Ley” informó que tan solo al 2014, el Perú contaba con 600 mil normas legales vigentes, cifra que crece año a año en promedio en 20,000 mil normas legales. Tal informe concluye que en el país se emite una norma legal cada 6 minutos. 

Tales datos nos dan pie a la siguiente premisa: No es ilógico que la primera pregunta que se lanza a los candidatos al congreso sea siempre la misma: ¿Qué leyes va a formular? Pareciera que tal interrogante es inoficiosa, pese a ello será lo primero que exigiremos a los nuevos congresistas. 

¿Para qué crear más leyes? Si procuramos ser estadistas y nos basamos en la capacidad de producción de leyes del país, concluiremos -sin mucho esfuerzo- que crear una norma cada 6 minutos no garantiza ningún éxito al Estado Peruano y no genera de manera automática una sociedad moderna y civilizada. Crear norma sobre  norma, lo único que hace es enmarañar más lo que ya de por si esta enmarañado.  

En el Perú de lo único que hablan los politiqueros es de cambiar la Constitución Política del País, de reformar el sistema laboral, económico, educativo y cualquiera otro sistema que sea posible vender a las masas, a esa masa ignorante que cree  en esa norma mágica que se convertirá en la panacea de las normas y que es capaz de vender ilusiones y comprar votos. 

Pero estimado lector, ¿no les basta con 600 000 mil normas? ¿No le son suficientes? En el Perú no hemos terminado de publicar una norma, para que un grupo comience a pedir su modificación, revocación, eliminación o para que otro grupo  se encarguen de buscar la forma de eludirlas. El Perú es el país de las normas, reformas y contrarreformas que nada logran y que nada avanzan. No pretendo afirmar que no existen normas que deben cambiarse; sin embargo, creo firmemente que antes de buscar cambiar una norma, es necesario hacerla cumplir. 

Es fundamental lograr que en este país se cumplan siquiera el 20% de esas 600 mil normas. Es necesario que las normas legales dejen de ocupar las estanterías físicas y los repositorios virtuales y pasen a cumplir el verdadero rol para el que fueron creadas y ese no es dormir el sueño de los justos, sino servir al pueblo.  No solo para favorecerlo, sino también para sancionarlo cuando corresponda. 

Un ejemplo de lo inoficioso que es tener tantas normas que no se cumplan, se encuentra  en el ámbito laboral. De esta forma, podemos señalar que el Perú es probablemente el país, legislativamente hablando, con una de las mejores legislaciones laborales de esta parte del mundo. En ella  los trabajadores gozan de una innumerable lista de beneficios que solo existe en el mundo de lo imaginario, de lo irreal. De qué nos sirven tantas leyes laborales, si en el Perú 8 de cada 10 peruanos se encuentran dentro del ámbito informal. Si aquellas normas son solo un mundo utópico.

En el momento en que escribo esta columna, el conteo rápido nos dice que los representantes por Tacna serán Héctor Maquera (Unión por el Perú) y Raúl Machaca (FREPAP). Sobre los dos pesa una gran responsabilidad, los más pesimistas señalan que con ellos no llegaremos a ninguna parte. Sin embargo, guardo una esperanza en el candidato del FREPAP, sus primeras impresiones, luego de saberse virtual ganador, me muestran un candidato que lejos de ser solo el humilde estibador del mercado Grau, es un hombre formado, construido por la dureza de la vida del hombre que despierta a las tres de la mañana y que se acuesta al caer el sol. Un peruano que ha ganado cada centavo de su vida con su esfuerzo y con la ayuda de Dios. Uno que no fue a buscar un escaño, sino que fue el escaño quien vino a buscarlo, quizás por la fortuna, la locura o el designio. Aquel hombre, a quien escuche con atención, habló con mesura, mostró ser un hombre leído y disciplinado. Tras escucharlo, guardo la  esperanza de que sepa actuar con buen juicio y que al igual que el simple Sancho Panza, le demuestre -no a Barataria- sino a Tacna que para actuar con buen juicio, no hace falta ser un sabio, sino un hombre honrado. 

A los congresistas por Tacna, un consejo: no se desvivan por traer leyes, sino que luchen por llevar la voz de los tacneños al Perú entero. Rodéense de técnicos y no de amigos, dejen que ellos los orienten y ustedes conviértanse en verdaderos políticos.  Exijan y hagan cumplir las leyes, pero sobre todo obren con honradez, que será el único camino para que este país crezca. Leyes en él Perú sobran, lo que nos falta son hombres honrados.