LAS RAZONES DEL EMPRENDIMIENTO


Artículo publicado el 05.11.2019 en diario "Sin Fronteras". Edición Tacna. 

Durante el tiempo de esta columna hemos escrito mucho acerca del emprendimiento, algunas veces visto como una fábula, como en el caso de la lecherita de Esopo, en otras nos hemos referimos a lo difícil que es emprender en el Perú y hace poco nos referíamos acerca del rankings de emprendedores que encabezamos los peruanos en el mundo, pero también al ranking de fracaso empresarial que lideramos.

Por ello trataremos de entender las razones del emprendimiento y en dónde estamos fallando. 

Si buscamos el concepto de la palabra “emprendimiento” encontraremos que esta no forma parte del diccionario de la RAE sino que este la refiere como la “acción y efecto de emprender”. Por lo tanto, emprendimiento es “emprender”, definido por la RAE como “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierra dificultas o peligro”. Aquella definición parece complementarse con la que nos ofrece el buscador más grande de la red, que señala que emprender es el  “Inicio de una actividad que exige esfuerzo o trabajo, o tiene cierta importancia o envergadura”.

Entonces, cuando decimos que somos emprendedores nos estamos refiriendo a  que somos personas que hemos iniciado una acción que encierra dificultades y peligros y que, además, nos exige un esfuerzo y trabajo que tiene cierta importancia para nosotros. 

Pero si emprender es todo aquello; ¿por qué cuando emprendemos no protegemos nuestra inversión?  ¿Por qué ponemos todo nuestro esfuerzo y riesgo en una sola bolsa y no buscamos aminorar el peligro de fracasar?   Quizás porque aún no diferenciamos el significado de la palabra “negocio” del de “empresa”.

¿Se ha preguntado usted cuál es la diferencia entre negocio y empresa? Si no tiene clara la diferencia, volvamos al diccionario. Negocio: “una ocupación, quehacer o trabajo” o “utilidad o interés que se logra en lo que se trata, comercia o pretende”; empresa: “acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo”. 

En base a estas definiciones es posible concluir que cuando usted decidió ser un emprendedor lo haya hecho enfocado sobre el significado de  “negocio” y no sobre el de “empresa”. Pero si aún no tenemos claro la diferencia, tratemos de aterrizar la diferencia con un ejemplo: cuando usted compra un auto, lo usa un par de años y luego logra venderlo al mismo precio o incluso a un precio mayor, usted ha hecho un buen negocio, es decir, ha obtenido una utilidad a través de un acto, que puede definirse como un acto de comercio, que le ha retribuido a usted una ganancia económica  directa (lo vendió a mayor precio) o indirecta (recupero su dinero sin verlo disminuido después de haber hecho uso del bien por dos años). Sin embargo, hacer empresa  no implica comprar un auto para usarlo y luego tratar, si se puede, de venderlo a igual o mejor precio. Hacer empresa implica comprar uno o más autos para venderlos y luego ganar dinero para comprar más autos, y así sucesivamente en una rueda de comercio que esperamos rinda una utilidad constante en el tiempo. De forma que para hacer un buen negocio no se necesita mucho conocimiento o esfuerzo sino quizás solo un poco de suerte, pero para crear una empresa se necesita más que un poco de suerte: se necesita conocimiento y esfuerzo. Es claro que dentro de la palabra esfuerzo, consideramos al trabajo y capital que invertimos.

Pero si esfuerzo involucra trabajo y capital, ¿Qué involucra el conocimiento? La verdad es que conocimiento involucra todo. No solo conocimiento de nuestro producto, sino del mercado. No solo conocimiento del cliente, sino de sus intereses. El conocimiento involucra el diseño, planificación, control, supervisión y mejora de nuestra empresa, implica utilizar las herramientas del marketing necesarias para el negocio. Usted puede tener el mejor producto, pero si nadie lo conoce no sirve de nada. Usted puede brindar el mejor servicio, pero si no tiene los contactos necesarios no tendrá a quien brindarlo. Capacitarse para un empresario es como leer para un abogado o entrenar para un deportista. No podemos hacer empresa sin esfuerzo, pero sin conocimiento no podemos lograr nuestros objetivos. El mundo empresarial le ha dicho a los emprendedores de mil formas que necesita capacitarse para emprender, que necesita contactarse con otros empresarios y crear redes empresariales pero de alguna forma, inexplicablemente, hemos comprendido que emprender es sinónimo de mercadería, y como hemos visto, eso no es hacer empresa. Emprender es “Aprender”. 

Seamos emprendedores y no solo negociantes. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

AL MAESTRO CON CARIÑO: PROFESOR NATALIO MAMANI

IGNACIA ZEBALLOS TABORGA. MADRE DEL SOLDADO BOLIVIANO

FELICIANO VIZCARRA CUAYLA. MUERTE EN EL ARUNTA: HISTORIA DE UN FUSILAMIENTO EN TACNA