SE BUSCA CONGRESISTA (Sancho Panza gobernador de Barataria)



Artículo publicado en diario "Sin Fronteras" 15.10.2019

“Un día común, como lo eran todos en la vida de Sancho Panza, llegó  a él  un caballero de triste figura. Le ofreció ser su escudero y darle a cambio, como pago de sus servicios, el gobierno de una ínsula.

Aquella oferta fue para el labrador, antes cuidador de cerdos y gansos, la mejor noticia de su vida. Aceptó entonces la propuesta. Tomó su burro, abandonó a su familia y acompaño a su amo por los caminos del mundo: aquel que prometía a uno aventuras y a otro un gobierno.

El camino le deparó a Sancho  solo hambre y topetazos, pero a pesar de todo aprendió a admirar al caballero que servía, ya sea por su sabiduría o su temeraria valentía. Un buen día la fortuna o la mofa le ofrecieron a Sancho la gobernanza prometida. Aquello era extraño, incluso para el hidalgo caballero: “Es insólito que mientras unos cosechan, solicitan y madrugan, no alcanzan lo que pretenden, pero tú, sin saber ni cómo ni cómo no, hallas el cargo y oficio que otros muchos pretendieron. Tú, que para mí sin duda eres un inexperto, sin madrugar ni trasnochar y sin hacer diligencia alguna, sin más ni más te ves gobernador”.

Sancho, que poco o nada entendía de lo que le decía su amó, replicó: “si vuestra merced le parece que no soy bueno para este gobierno, desde aquí lo suelto, que más quiero una uña de mi alma que todo mi cuerpo. Y si usted imagina que por ser gobernador me ha de llevar el diablo, más me quiero ir Sancho al cielo que gobernador al infierno”.

Aquellas palabras convencieron al hidalgo y no tardó en darle algunos consejos: “Primero, hijo, has de temer a Dios, porque en temerle esta la sabiduría y siendo sabio no podrás errar nada. Segundo, has de saber quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharse como la rana que quiso igualarse con el buey. Haz de la humildad tu linaje y nunca te guíes por la ley del encaje”.

A pesar de todo lo que pensaban los demás, Sancho gobernó con sabiduría y justicia la ínsula de Barataria y demostró a su amo, y a quienes de él pretendían burlarse, que todos los hombres son iguales mientras duermen.

Solo 10 días duraría el gobierno de Sancho, pero bastaron para que impartiera la más legítima de las justicias y las más sensatas de las leyes, de manera tal, que hasta hoy se guardan en aquel lugar, y se nombran “las constituciones del gran gobernador Sancho Panza”.

“Díganle al Duque, que desnudo nací y desnudo me voy”. Solo un poco de cebada para su burro, medio queso y medio pan, fue lo que pidió Sancho como pago de sus servicios.

Esta historia, que ha sido adaptado para los fines del presente artículo, sin alterar en nada lo que quería decir su autor, muestra la forma en que Cervantes veía cómo muchos afortunados, que sin haber merecido ni hecho nada para gobernar el mundo acababan recibiendo un inmerecido premio en desventura de los que hacen, luchan y se esfuerzan cada día por ser mejores.

Es claro que aquella historia no se encuentra lejos de nuestra realidad. Lo vemos y lo padecemos día con día, sobre todo hoy. Los Tacneños no hacemos nada más que preguntarnos quiénes serán los congresistas que nos representaran

No sé quién nos representará, pero de algo estoy seguro: No debemos  volver a repetir los errores del pasado otorgando nuestro voto a charlatanas y pillos que solo quieren hacerse del poder para hinchar sus vientres como sapos. Cerremos nuestros oídos a los seudodefensores de los pobres, a los luchadores contra la corrupción y a los que dicen conocer nuestra realidad. Estos no son más que embusteros que quieren llenarse los bolsillos a nuestra costa.

En cambio, busquemos al hombre que desde el umbral de su casa ha construido una vida digna, al que sin necesidad de poder político ha dado a Tacna lo mejor de sí, a quien ha hecho de su vida un templo de sabiduría y no una vasija de vicios. Busquemos a quien es capaz de gobernar su vida, pues quien no puede gobernar su vida, jamás podrá conducir el camino de los demás.    

Es verdad que esta clase de hombres no se presentan a candidatear, pues los hombres honrados, como Sancho, prefieren morir honrados, antes que ricos y deshonestos, pero es hora de que los partidos hagan un mea culpa y dejen de presentar a tanto infortunado y vayan en búsqueda de hombres de verdad, de aquellos que no van a buscar la fortuna, sino que trabajan con ahínco, día con día, para que la fortuna se presente ante ellos.

Quiero cerrar este artículo parafraseando nuevamente al Quijote, quien le señaló a Sancho: “El andar a caballo a unos hace caballeros, a otros, caballerizos”. Yo les digo a ustedes que el hablar de política, a unos hace políticos, a otros, politiqueros.


Comentarios

Entradas populares de este blog

AL MAESTRO CON CARIÑO: PROFESOR NATALIO MAMANI

IGNACIA ZEBALLOS TABORGA. MADRE DEL SOLDADO BOLIVIANO

FELICIANO VIZCARRA CUAYLA. MUERTE EN EL ARUNTA: HISTORIA DE UN FUSILAMIENTO EN TACNA