Como enfrentar a la SUNAT: De Esopo y los contribuyentes peruanos

A veces las historias de fabulas y cuentos no se quedan en el tiempo, sino que se repiten una y otra vez en el mundo real; sin importar la época o el siglo en que vivamos. Este es el caso de la fábula de Esopo: “La lecherita”. Fabula, que aún se encuentra vigente, y sobre la cual no escapan los emprendedores peruanos, ni el ámbito tributario.
Aquella fabula, nos narra como una “lecherita” caminaba hacia el mercado llevando un cántaro de leche para poder venderlo. Iba soñando e imaginando cada vez más y más cosas de lo que haría con el dinero que ganaría; sin detenerse a mirar el camino. Finalmente, la lecherita tropezó y el cántaro se rompió, derramando toda la leche, a un lado del camino, y con ello sus sueños.
Aquella fábula, se representa día con día en la mayoría de los emprendedores peruanos que llevan sobre sobre sus cabezas: su trabajo y capital; con la ilusión de lograr el éxito deseado. Pero, sin poner atención al camino. Ese camino representa –para nuestra fabula- al Sistema Tributario.
Cuantos de ustedes se han detenido, el tiempo suficiente, para conocer correctamente las obligaciones tributarias que emprender un negocio demanda en el Perú. Lo cierto es que al inicio nos acercamos a la Administración Tributaria, para sacar nuestro RUC y obtener los comprobantes, hacemos unas cuantas preguntas, cuyas respuestas a vece no entendemos; y luego, procuramos no volver más por aquellas instalaciones.
Y, es que en principio el sistema parece complicado, a pesar de que nos dicen que es simplificado. A nadie le gusta saber de libros contables, de coeficientes, de declaraciones de renta mensual y anual; que, además, el contador debe saber. En este momento acabamos de encontrar nuestro primer error: el contador lo sabe, y usted, como dueño de la empresa, también se encuentra obligado a saber; por lo menos, los principios básicos. En este punto me permitiré establecer cinco reglas básicas, que son solo eso, básicas. Pero que estoy seguro le ayudar a enfrentar a la SUNAT. Usted es tan débil, como se lo permita. Y tan fuerte, como desee serlo.
Regla N° 01.- Asesórese con un profesional, pero no pretenda que solo él conozca de sus obligaciones. Usted debe conocer el camino, después de todo, son sus sueños.
Regla N° 2.- Realice siempre un análisis de causa-efecto con cada gasto que pretende deducir. Si usted realizo un gasto, pregúntese ¿cuánto de este gasto contribuye a la generación de ingresos para mi empresa? No vaya por ahí comiendo pollos a la brasa, comprando ropa, o pagando salones de belleza, pensando que podrá deducirlos de sus impuestos. Si usted es representante de ventas, es lógico, que parte de sus gastos se vallan en atuendos adecuados para su trabajo, después de todo, su imagen es parte de su estrategia de ventas; pero ¿en qué medida ayuda a su negocio, la factura de los cuatro almuerzos familiares que pretende deducir?
Regla N° 03.- Conserve siempre y ordenadamente (por lo menos de los últimos 4 años anteriores al presente) los documentos que sustenten el gasto de la empresa. Recuerde que los plazos de una fiscalización son usualmente muy cortos; y, que de los documentos con que cuente, dependerá el éxito de su fiscalización.
Regla N° 04.- La razonabilidad es tan importante como la lógica. Si usted compra todos los meses 200 pares de zapatos, como pretende declarar, todos los meses, que solo vende 50 pares de zapatos al mes. Es razonable que si compró 200 pares, venda la misma cantidad o menos en el mes; pero si vendió menos, no es razonable que compre 220 al mes siguiente. De manera que, siempre tenga un sobre stock de su producto y un amplio crédito fiscal. Tal hecho solo conlleva a dos conclusiones posibles: usted está llevando un negocio en quiebra, o posiblemente está evadiendo. La segunda le traerá problemas.
Regla N° 05.- Conozca sus derechos. Además de las normas tributarias, nuestro sistema responde a derechos superiores como los constitucionales, civiles y administrativos. Es muy importante que usted sepa que está obligado, o no, a hacer, frente a la Administración Tributaria. Sabía, por ejemplo, que usted ya no se encuentra obligado a presentar una declaración mensual en cero, si en el mes a declarar no presento compras ni ventas.
Si usted quiere invertir, empiece por conocer el camino –las reglas del sistema- y trace su inversión a partir de ellas. De lo contrario, es posible que el “cántaro de leche” se rompa, sus sueños se terminen, y comience a ver una realidad distinta; la que no quisimos ver al comienzo.
El camino está señalado, solo hay que detenerse a mirarlo.
Imagen: Propiedad de Terceros.

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