LOS SECRETOS ESCONDIDOS DEL CEMENTERIO DE TACNA
En el lugar más humilde y alejado del Cementerio General de Tacna, resguardada por un mar de cruces navegantes de la tierra y preservada por las almas del pueblo de Tacna, yace la tumba de una pequeña niña, de una santa popular. Coronas de papel y tela la rodean y el vaho de velas encendidas inunda su última morada, una capilla que su madre erigiera en recuerdo de quien en vida fue su dulce abrigo: María Hernández. María Hernández es el nombre que reza en su lápida. Cuentan que la pequeña gruta es el lugar de descanso de una niña que a la edad de cuatro años, en épocas de la ocupación chilena, salió de su casa hacia las charas y regadíos que aun predominaban en la ciudad, quizás escapando ante la distracción de sus padres sin imaginar que, tras aquella travesura, la pequeña María nunca correría hacia los brazos de su madre. Su vida se cegó en un instante en trágico final. Se dice, pues no existen o por lo menos no conocemos fuentes directas de aquel he...